jueves, 20 de noviembre de 2014

AMOR Y EDAD.

¡¡¡BUENAS TARDES!!!

Escarcha, tal vez el pelo no quiera escuchar pero la verdad no perdona. blanca la vida deja pasar el tiempo para que sea el amor quien decida la edad. La luz aun no se enciende, el sol calla tras su cortina, la voz quiere hablar pero el calor lo impide, se evaporan las palabras. El cielo acaba de brillar, una estrella ilumina el firmamento y la luna se entretiene besando a la noche. El día atempera la tarde, fría oscuridad que engulle la luz apagando la razón. aparece entre nubes una ilusión llena de humildad que suavizando la voz grita un silencio acallando la calma. Calma el anochecer y el firmamento se nutre de las notas para enriquecer la melodia que callaba escondida tras las partituras de un soneto. La edad no quiso avanzar y dejó el tiempo correr, mientras el amor marcaba una a una las arrugas que engañaban para dejarlas ver. Una lucha sin razón porque tiempo y corazón laten al mismo ritmo. Tanto el amor como su calor van de la mano y no pueden enfriar la tarde intentando enfrentarse al tiempo.

Miguel Urbano Perálvarez.

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